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Mihai Andrei Leaha en
02 nov 2023

En una era de posverdad, las creencias y opiniones personales han superado a los hechos y la realidad objetiva. La información que está conformando la opinión pública es más una cuestión de defender la propia postura y pasar por alto la de quienes no lo hacen (McIntyre, 2018).

Esta nueva era está dominada por una propagación extrema de la información errónea y la desinformación, protagonizada por truculentos protagonistas sociales que son indiscriminados con respecto a verdades simples y hechos regulares. Es una era en la que las mentiras y las narrativas engañosas llegan a los titulares, se convierten en virales y son potenciadas por algoritmos. Esto crea un mundo de hechos alternativos, verdades alternativas que quedan atrapadas en bucles de confirmación. En este mundo, los políticos hábiles pueden permitirse profanar la ciencia, las estadísticas y los hechos sociales y no solo salirse con la suya sino, paradójicamente, elevarse y aumentar su popularidad.

Aquí un ejemplo de Brasil:

En julio de 2022, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) informó que Brasil vuelve a entrar en el mapa mundial del hambre. El estudio se basa en datos recogidos entre 2019 y 2021 y reveló que más de 60 millones de brasileños se encuentran en una situación de incertidumbre alimentaria, mientras que más de 33 millones sufren realmente de hambre. El número fue cuestionado por Paulo Guedes, ministro de Hacienda en ese momento, y uno de los principales aliados de Bolsonaro y entre las personas más ricas de Brasil. El cuestionamiento de este informe no fue más que una opinión de Guedes. El propio Jair Bolsonaro cuestionó el estudio de una manera más perversa característica afirmando que la información es falsa porque no se ve gente en Brasil pidiendo pan delante de las panaderías.

Para cualquiera que viva en Brasil y compre pan en cualquier panadería, esta afirmación es pura mentira. Entonces, ¿para quién es verdad? ¿Cómo puede alguien que vive en Brasil confiar tanto en el presidente que incluso un caso de evidencia cotidiana se vuelve obsoleto?

En las semanas posteriores a las elecciones presidenciales de octubre de 2022, los artistas del colectivo Arte em Fluxo, con sede en São Paulo, decidieron reaccionar ante estas falsas declaraciones. Los artistas Julio Dojcsar y Cauê Maia (del Colectivo Transverso) imprimieron la palabra verdad en un "lambe lambe" (cartel bomba) de 2 metros y medio y lo pegaron bajo puentes, parques y muros en el centro de la Metropole, por donde deambulan o viven las personas sin hogar. Un estudio del IPEA (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada) revela que actualmente hay más de 85,9 mil personas viviendo en la calle en São Paulo. Este número ha aumentado un 39% desde 2019. La intención de la intervención fue reconectar la "verdad", una palabra tan abusada, con la realidad inmediata y visible de São Paulo. En esta realidad, la verdad, "a verdade" está reflejando, un hecho social local pero muy real. Todos los días, gente con hambre recorre las calles de São Paulo en busca de comida, y eso es un hecho irrefutable. En esta realidad coexisten personas que compran pan en la panadería y personas que mendigan por él, y este es otro hecho irrefutable. A veces, a pesar de la burbuja social o digital en la que nos encontremos, conviene volver a la calle, a los hechos, a la verdad.

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