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Juan Francisco Cuyás en
02 jun 2023

 

En este seminario, Alice Van den Bogaert, profesora asociada de la facultad de antropología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Barcelona (UB), especialista en la intersección de castas y género en el Himalaya indio, realizó una exposición sobre el valor de la mirada en el contexto de su trabajo de campo.

Durante su presentación, Alice explicó de manera detallada cómo el género, casta y el concepto de impureza influyen en el acto de ver y ser visto en las interacciones sociales diarias y durante los rituales en Himachal Pradesh. Resaltó que el acto de ver y ser visto en esta región difiere significativamente de la cultura occidental, ya que el cuerpo juega un papel activo en esta experiencia visual. Alice enfatizó que la mirada es “material” dado que en la mirada hay un intercambio y transmisión de sustancias e intenciones. En otras palabras, podemos afirmar que mirar significa entrar en contacto. Por esta razón la mirada está sujeta a normativas y prohibiciones que afectan especialmente a las mujeres y a las personas de casta baja. Esto se debe a que tanto las mujeres como las castas bajas pueden transmitir impureza, y por tanto no pueden ser vistos y ver en determinadas ocasiones.

El culto a las deidades desempeña un papel fundamental en la sociedad y la política de Himachal Pradesh. En esta región, las personas tienen una profunda confianza en los poderes de los dioses y diosas locales. La mayoría de la población adora a al menos una deidad que actúa como protector y guía, y a quien se le solicitan bendiciones en diversas ocasiones. Es en este contexto que Alice profundizó en el papel de los "Gurs", sacerdotes o médiums que tienen la capacidad de ser poseídos por las divinidades a través de la mirada y el cuerpo, especialmente a través del cabello. Estos carismáticos "vehículos" de la divinidad tienen la habilidad de transmitir bendiciones, sanar y entregar mensajes de los dioses. Sin embargo, durante estos eventos donde cientos de personas participan y que pueden influir en la toma de decisiones en momentos específicos, se establecen reglas para evitar que las divinidades entren en contacto con algunas personas. Por ejemplo, las mujeres durante la menstruación son consideradas impuras y por esta razón se les prohíbe ver, y lo que es más importante, ser vistos por la divinidad por el miedo a que el ritual no se pueda llevar a cabo correctamente. Lo mismo sucede con las castas bajas.

Finalmente, nos habla de la parte más relacional en los intercambios de miradas en la vida social entre distintas familias de castas diferentes en el mismo pueblo. En este ámbito nos menciona el concepto del “mal de ojo”, que es el efecto negativo que una mirada mal intencionada puede producir una persona a la otra.

 

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